tan sólo importo yo,
tan solo ...
Del ego-istmo al abismo
no hay más separación
que un leve empujón.
La gota no es la que colma el vaso,
no;
no la última, no la final ...
¡Basta de culpabilizar!
Es todo el chaparrón anterior
lo que hace estallar el vidrio,
hacerlo añicos.
La masa nos arrastra a no ser nosotros mismos
si no a ser lo mismo que los otros.
Los matices son como las salpicaduras de lejía
esas gotitas que echan a perder tu prenda preferida,
que nos arruina el vestuario.
No.
No hay más yo que este yo
aunque quizás ni tan siquiera a mi me guste ...
Estigmatizado.
La búsqueda de la perfección es una continua invitación al fracaso,
la quimera de la derrota crónica.
Lo que queremos no es ser mejores:
queremos ser como ellos,
como todos ellos.
Queremos ser el todo.
Llegar a serlo.
Y ahora tan sólo soy yo,
disfrazado con todos los insultos que siempre me pensaron,
y a veces me dijeron.
La diferencia es que ahora deseo ser sólo yo.
Yo solo.
