relato sin terminar , busco opiniones

[Beni]

es la primera vez que escribo, quiero que me digais si os parece decente o no.


Impaciente, es la unica palabra que resuena en mi cabeza cada vez que miro el reloj y observo que sólo ha pasado un minuto desde la última vez que lo miré. Ya llevas 20 minutos de retraso y parece que las velas de la mesa se consumen cada vez más rápido, ya no se de que manera sentarme para estar más cómodo, como cruzar las piernas, ni dejar de darle vueltas a esa paleta extraña que nunca tuve muy claro cual era su utilidad.
Cada vez que pasa el camarero cerca de la mesa noto como su mirada se torna tímidamente hacia mí, lo cual hace que me embargue la vergüenza, noto como la sangre va subiendo poco a poco hasta mi cabeza y pienso "joder, solo y colorado como un tomate. Vaya estampa"
Noto como la boca se va secando, mataría por un vaso de agua. Pero estoy tan paralizado y me siento tan pequeñito...que no atino a moverme ni a articular una sola palabra.
¿dónde cojones te has metido?, me tienes aquí esperando desde hace más de media hora, con un traje que hace siglos que no me ponía, el cuello de la camisa que me está matando por el roce y una corbata de los Looney Tunes que, aunque me da un poco de corte llevarla, me la puse porque pensé que te haría gracia. Pero ya veo que la única carcajada que voy a provocar esta noche es a los camareros.
Tengo la impresión de estar haciendo el pardillo, como tantas otras veces, es curioso que no me acostumbre. Así que en un arranque de valentía pido que me traigan la carta. Al fin y al cabo la mesa está reservada desde hace días y no me voy a privar del estupendo chuletón con salsa de queso que hacen...
Me sirven rápidamente, y sin preguntar si voy a cenar yo solo o estoy esperando a alguien, lo cual se agradece. Suficiente bochorno llevo ya a cuestas como para tener que dar explicaciones. Y conforme estoy degustando la deliciosa comida, noto como esa montaña rusa que es mi ánimo va en un tramo ascendente. Pido una copa de vino, para celebrar tan copiosa comida. Y a cada sorbo que doy, suspiro... y doy una pequeña batida con mi mirada, observo que estoy completamente solo en el restaurante y que varios empleados se juntan en la barra mirándome y deseando que coja mi camino lejos de allí.
Levanto el brazo y con un tímido hilo de voz digo: "perdona ¿me traes la cuenta?"
Asombrosa la velocidad que demuestra el camarero, que en cualquier otra situación...habría mareado la perdiz un rato. En cualquier caso, se agradece. Yo solo quiero largarme como alma que lleva el diablo. Tal es mi ansia de desaparecer, que saco un billete de 50 euros a sabiendas de que es dinero de sobra, lo dejo en la mesa y me levanto a por mí chaqueta.
No me entretengo ni en ponérmela, me la llevo extendida sobre mi brazo y apresuro mi paso hasta la puerta, la abro y con un: "hasta luego" cierro de un portazo.

Hace frío en la calle, las ráfagas de viento se estrellan contra mi. Pero ni siquiera el temor a pillar una pulmonía hace que me pare a pensar en ponerme la chaqueta. ha sido tal la liberación de abandonar ese lugar en donde parecía ser el protagonista de la película de Mr. Bean que todos los poros de mi piel parece que se abren disfrutando del gélido aire invernal. Pasados esos minutos de éxtasis, me abrigo, y comienzo a caminar. Meto mi mano en el bolsillo interior de la chaqueta y saco mi móvil, no espero tu llamada, y la verdad...después del abanico de sensaciones de vergüenza que he pasado, me da igual. Solo busco algo de música para evadirme.
Sinatra, el bueno de Frank. No deja de ser curioso la sensación de que una canción es tuya aunque solo entiendas una mísera frase "something stupid like i love you".

Parece como si a cada paso que doy mi ánimo va subiendo poquito a poco mientras que una tímida sonrisa se dibuja en mi cara. Mi marcha se vuelve mas lenta, mi inestabilidad emocional ha hecho que llegue al pico más alto de bienestar, y he decidido aprovecharlo...levanto la mirada y observo cómo la calle está prácticamente vacía, sólo un abuelo dando un paseo a su perro que me mira como si fuera a cometer algún delito, pero pasa de largo rápidamente.
Las farolas alumbran mi camino como si fueran miles de lucecitas en una pista de aterrizaje... y solo escucho el chapoteo de mis pies en algunos charcos que hay por la acera. Me gustaría poder sentarme en un banco y dejar descansar la mente un poco, pero el miedo a pillar una pulmonía hace que se me quite esa idea de la cabeza, esperaré a llegar a casa.
Y casi sin darme cuenta?ahí estoy, en mi regufio, y como no?solo. Todavia quedan resquicios de olor a pintura y las paredes vacías hacen que parezca todo un poco lúgubre, algún día tengo que comenzar a decorar todo esto. Miro a la derecha y veo una bolsa de basura llena hasta arriba, resoplo por mi dejadez?menos mal que no hay ningún tipo de resto orgánico, sino todo olería a perros muertos. Nota mental: ?Saca la puta basura mañana?
Es pronto todavía, puedo matar el tiempo viendo algo de televisión, pero la ?estupenda programación? que nos obsequia la caja tonta hace que coja la guitarra y mi cuaderno. Un día dijo Homer Simpson que las historias de humillación y degradación siempre son atractivas, a la gente le gusta leer o escuchar las penas de los demás. No se si a los demás, pero a mi en algunos momentos si me han parecido interesantes.
Tal vez no debería estar con la guitarra apoyada en las piernas y tarareando, no quiero revolcarme en mi propia mierda, pero bueno, empiezan a salir melodías acompañadas de los mismos acordes de siempre. ?Hay veces que aparecen viejos fantasmas?que ya dabas por muertos y enterrados? si, eso parece describir bien como me encuentro. Las palabras fluyen, las rimas?aunque no magistrales van cuadrando como perfectas piezas de rompecabezas. Parece que voy a tener el gusto de enseñar algo nuevo a mis compañeros.
Solo me queda el título, ¿picos bajos? No, suena un poco chabacano y raro. ¿tramos bajos? No me convence. ¿Diciembre? Si, creo he dado en el clavo. Así se quedará. Al menos me llevo la satisfacción personal de haber creado algo nuevo? la música siempre dándome vida.