Fantasma que me atormentó con 17 años

[Perro Verde]

Tras la ventana, la lluvia llamaba con sus pequeñas gotas, como lo hacen las campanas cuando tocan al muerto. Mientras el viento azuzaba con su fuerza la copa de los árboles. Era otoño. Un otoño puro. Un otoño grisáceo y pesado.

Pero yo estaba en mi casa. Pequeño templo de recuerdos, recuerdos que el tiempo hacia penetrar en mi habitación, introducirse en mis pasillos, morar cada recodo y contaminar con lágrimas. Lágrimas pequeñas, como hormigas, como un ejército de pensamientos oscuros que narran hazañas del pasado.

Me tumbo en mi sofá. Acurrucado, mi mente empieza a ser atormentada por el pequeño gotear de los segundos. Segundos que asemejan ser los pasos de un alma vagabunda y solitaria. Triste, no lo sé. Tal vez?

Antes no me ocurría esto. Será la adolescencia que me ha cogido de lado y no me he dado cuenta. Supongo que con 17 años es normal pasar por esta situación o será normal que sienta las derrotas con más dureza o será? ¡qué se yo!

Son las 15:44 de una tarde de sábado. Ya tengo un plan. Me acaba de llamar un buen amigo. Tarde de Trivial. Parece que esta pena se verá aliviada por un poco de risa y compañía. Es en estos momentos cuando uno piensa que lo único que vale la pena es la pura amistad.

Me gustaría poder parar en ciertos momentos de mi vida y con un rápido flash back, hallar el lugar donde comencé a caer, el lugar donde debería haberme dado cuenta que me estaba confundiendo.