ni cuando hablo ni cuando pienso.
Ahora me entretengo en los peldaños
de la escalera de mi desasosiego.
Ahora que la tortura de tu nombre
me condena a la triste locura.
Ahora, y solo mientras dure la droga,
trataré de soñar con la diosa cordura.
Ahora, sintiendome tan poco sola,
me siento en soledad en mi rincón.
Ahora que ya no se lo que quiero,
te quiero más a tà de lo que creo.

Dedicado a alguien...