"Cansado de cadenas de desamparo,
de colchones y mantas con humedad,
de un futuro incierto y un presente amargo,
de este atuendo con manchas de soledad
decidí aquella noche de luna llena
restringir lo absurdo de este necio mundo,
romper mis poemas de miseria y penas,
seguir otra senda, sin vados oscuros.
Mi alma sería la única compañía
de mis tortuosos pasos hacia una vida
nueva, exenta de miedo y melancolía;
mis palabras el acceso, la salida.
Y me convertí en un fugitivo,
acampé en el monte de tu piel,
quise ser domador de adjetivos
en el circo de mi agua y tu sed.
Anhelaba descifrar el cruel mensaje
que azotaba, misterioso, mi cabeza;
y raudo y veloz eché como equipaje
nubes, sal, pimienta y dulces primaveras.
Luché con mi cuerpo, mas mi ser ganó
y me exigió que cumpliera una promesa;
mermado por mis golpes me susurró
que buscara y rescatara a una princesa
escondida en mis mil sueños e ilusiones.
La encontré en el cuento de nunca empezar,
me entregé a sus besos y entre ilustraciones
por fin hallé a mi musa: Felicidad.
Y me convertí en un fugitivo,
acampé en el monte de tu piel,
quise ser domador de adjetivos
en el circo de mi agua y tu sed."
Fugitivo
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