La cuenca llorosa de mi ojos
se va secando poco a poco
y ya se ven los restos de pica y ceniza
que han dejado mil y un días.
La última lágrima que dejé libre
vuelve cada noche a retumbar en mi memoria
y el hombro en el que me apoyé
erosiona el olvido.
No sé si fue aquel último suspiro,
no sé si fue el último cigarrillo,
no sé, si quiera me importa adivinar el sentido,
aquel que tuvo el amargo camino
de la lágrima que ahogó mis latidos,
ni el vacío que creo en mi interior.
Si acaso, sentir lo sentido
o recordar lo vivido,
no sé si será mejor o peor
para dejar de soñar contigo.
la última lágrima
La última lágrima que dejé libre
vuelve cada noche a retumbar en mi memoria
y el hombro en el que me apoyé
erosiona el olvido.
No sé si fue aquel último suspiro,
no sé si fue el último cigarrillo,
no sé, si quiera me importa adivinar el sentido,
aquel que tuvo el amargo camino
de la lágrima que ahogó mis latidos,
ni el vacío que creo en mi interior.

vuelve cada noche a retumbar en mi memoria
y el hombro en el que me apoyé
erosiona el olvido.
No sé si fue aquel último suspiro,
no sé si fue el último cigarrillo,
no sé, si quiera me importa adivinar el sentido,
aquel que tuvo el amargo camino
de la lágrima que ahogó mis latidos,
ni el vacío que creo en mi interior.

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