Más De Cien Verdades (Eventuales)
DEBERÍA callar. Como Dios.
[ Él si que es responsable de sus actos. ]
Tengo el oficio de los grifos
destilo el eco del habitáculo
que corre como sangre sobre cuerpos llovidos.
Siento alimentarme de negras nubes
arrastrando los conductos de la luz.
Sin mérito de llorar
veo la llovizna meditando en los tejares
o en los campos de exterminio
y bebo del rostro de las piedras
tu nombre que nunca podré cruzar:
LIBERTAD.
Acantilo mis ojos en el abismo de tus labios
y me disfrazo de tu pubis.
En esta regla de tres
yo era el tercero en discordia
pero
afortunadamente
no podría hacer de esto un poema.
Dices un silencio amortajado
tu forma de jugar al engaño inevitable
vives en tus cuartos obstinadamente;
allí
el tiempo
lee entre líneas tus secretos más eróticos
y tus verdades más prostituidas.
Y
entre aquellos hijos del asfalto
de la ciudad sin peatones
vive un hombre sentado con dos alfanjes
[ y las inmobiliarias intentan comprárselas ] ---
una, la palabra sin leyes
y otra, la existencia incurrida.
Estos son los huecos del alma
donde un mal demonio nos mitiga...
Ahora que las cosas no son lo que son
no se si formularme inútiles respuestas
o preciadas preguntas.
Y el cielo agoniza cada minuto.
?El otoño bajaba como una espesa baba amarillenta a los recintos sumergidos del alma. ¿Y cómo no estregarse así a la embestida ciega de las sombras?
J. A. Valente
Más De Cien Verdades (Eventualmente)
... pero no es para tanto!¿Quién está conectado?
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