1938, la sangrienta ?batalla del Ebro? es finalmente ganada por las sufridas milicas republicanas, obligando a los tropas fascistas a retroceder. Esto ocurrÃa meses después de que un gran contingente soviético desembarcara en Valencia en febrero de ese mismo año.
Hecho que provocó en una gran crisis diplomática en Europa, pero que finalemente fue ?resuelto? en el Pacto de Londres, auspiciado por Lord Chamberlain, por el que la URSS se comprometÃa a retirarse de España una vez fuera restituÃda la legalidad republicana.
Pero la guerra aún no habÃa terminado. Los focos de resistencia en la zona rebelde habÃan sido prácticamente aniquilados, y sus dirigentes polÃticos y sindicales, asesinados.
En enero de 1939, prácticamente con el año nuevo, las tropas del Ejñercito Rojo inciaron una gran ofensiva aérea sobre las principales ciudades rebeldes.
Replegado y desmoralizado, el ejército faccioso resistió hasta mayo de 1939, cuando el dÃa 11, el propio general Franco se rendÃa a través de un comunicado emitido por RNE, que se habÃa trasladado semanas antes desde Salamanca a Burgos.
Franco, junto a sus generales y polÃticos allegados, fueron arrestados.
Pero el Ejercito Rojo no se retiró, incumpliendo asà el Pacto de Londres, lo cual propició que el 30 de mayo de 1939, Adolf Hitler amenazara, en un multitudinario discurso en Hamburgo, que ?estamos en guerra contra el comunismo?.
Una amenaza que se hizo real cuando el 15 de julio de 1939, las tropas nazis invadÃan Polonia, a lo que Stalin replicó con un gran reforzamiento de tropas en su frontera más occidental, para hacer frente a un posible conflicto a gran escala. Pero la entrada en Guerra de Gran Bretaña y Francia, ?obligó? a Hitler a replantearse un cambio estratégico, firmando, por medio de sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Von Papen y Litvinov, un ?pacto de no agresión?. El desenvolvimiento de la guerra en el frente es ya conocido tras la invasión en junio del 41 de los nazis a Ruisa.
Mientras tanto, en España, el general Rojo, al que la voz popular daba el gran mérito de la victoria ante el fascismo, era encargado por el Presidente de la República, Manuel Azaña, en mayo de 1939, de formar un gobierno de ?emergencia nacional?, en el que estaban representados, desde la CNT hasta los moderados de Unión Republicana de José Giral. Aparte de las tareas urgentes de reconstrucción, el nuevo gobierno de Rojo se vió ante la necesidad de procesar a los cabecillas rebeldes, encarcelados en Madrid, bajo fuertes medidas de seguridad. El llamado ?proceso de Embajadores? (porque fue en un palacete de esa avenida madrileña donde se llevaron a cabo los juicios) duró poco menos de un año, y en febrero de 1940, se dictaron sentencias de muerte para los principales acusados (en su mayorÃa mandos militares, junto a cabecillas falangistas y polÃticos de la derecha que apoyaron a Franco, excepto Gil Robles que huyó a Portugal).
La sentencia, anunciada por la radio el 16 de febrero de 1940, fue acogida con manifestaciones de júbilo en todo el paÃs. La ejecución de la sentencia fue anunciada para el 30 de abril de ese año, para ser adecuadamente celebrada el 1ª de mayo, y fue llevada a cabo en Campamento al salir el alba.
Mientras tanto, el gobierno de emergencia ya habÃa sufriso el desgaste por el abandono de la CNT y la UR en diciembre de 1939, ante el ?proceso de Sabadell?, en el que fueron purgados los principales dirigentes del POUM, a los que se le acusó de ?colaboradores del fascismo?. ?La larga mano de Moscú? fue denunciada por ambas organizaciones y dejaron el gobierno, con la peculiaridad de que la CNT se autoilegalizó, pasando a ser, por tanto, una formación sindical ilegal, que tuvo que soportar, desde ese momento, constantes detenciones y persecución polÃtica por parte del Ministerio de Interior, dominado por el PCE..
Ante esta situación, el 2ª gobierno de emergencia, del que salió reforzado el PCE y debilitada el ala moderada del PSOE, anunció en abril de 1940, la convocatoria de elecciones constituyentes, con el objetivo de elaborar una nueva Carta Magna.
Los comicios, celebrados en julio de ese año, dieron una importante victoria a socialistas, comunistas e IR, que dió paso en la Presidencia del Gobierno a Francisco Largo. Justo por esas fechas, fallecÃa el presidente Azaña, siendo reemplazado en votación en las Cortes (tal como establecÃa la aún vigente Constitución del 31) por José Giral, de IR, con lo que se pretendÃa dar una imagen de moderación ante una posible invasión nazi a través de los Pirineos.
Pero el referendum para la nueva Constitución nunca llegó a celebrarse, puesto que las tropas alemanas, efectuaron una operación relámpago a dos flancos (Hendaya y Le Perthus) ante la sóla oposición de tropas soviéticas apostadas en la zona, que nada pudieron hacer para abortar la invasión de tropas blindadas y aviación nazi. Esto ocurrÃa el 27 de abril de 1941. España declaró de inmediato la guerra a Alemania y el Gobierno de Giral, ante el implacable avance de las tropas hitlerianas, tuvo que trasladarse a Sevilla, cuando los aviones nazis, comenzaron a bombardear la capital en junio de ese mismo año. Los dos tercios nortes de España fueron ocupados por Alemania, un ?golpe de fortuna? hizo que en julio del 41, y tras la invasión alemana a Rusia, Hitler pasase a ocuparse por entero del frente oriental, dando por bueno el status en España, donde la legalidad republicana quedaba circunscrita a AndalucÃa, Murcia, Extremadura y Canarias.
El gobierno Giral, ante la nueva situación bélica dió paso de nuevo a un ?ejecutivo de guerra? del que de nuevo pasó a ser titular el general Rojo (natural de La Font de la Figuera).
El ?gobierno? tÃtere de la España norte, a las órdenes de Hitler lo encabezó JM Gil Robles, que regresó de Portugal y se instaló en Madrid. Por fortuna, gran parte de la intelectualidad y clase polÃtica ?tuvo tiempo? de refugiarse en AndalucÃa, escapando asà a la feroz represión que durante dos años sufrió gran parte de España bajo las botas represoras nazis y los vengativos traidores españoles que habÃan conseguido escapar a la victoria republicana. AsÃ, el presidente Lluis Companys estableció en Murcia su gobierno de la Generalitat en el exilio. No corrieron la misma suerte intelectuales como Antonio Machado, que instalado en Roses, fue una de las primeras vÃctimas, asà como el dr. Pesset, aseinado en Valencia a finales de 1941.
El gobierno de Rojo, tras la retirada de las tropas soviéticas ?moderó? algo su composición, pero siguió teniendo una presencia prevalente el PCE, si bien, la mayorÃa de los ministerios recayeron en militares republicanos y miembros de su partido, IR.
Pero la cabeza visible de la represión, Gil Robles, fue ajusticiado en un atentado, el último dÃa del año 1942, mientras salÃa de su coche en el Paseo de Rosales donde iba a asistir a la fiesta del año nuevo. Nunca se supo de verdad la trama conspiratoria, pero era vox pópuli que fue la propia Gestapo quien estaba detrás. De hecho, fue sucedido al dÃa siguiente, 1 de enero de 1943 por el probado pro-nazi Serrano Súñer, si bien sus meses, afortunadamente, estaban contados.
El hecho clave fue la capitulación del ejército alemán en el norte de Africa en mayo de 1943, que dió paso a las campañas de liberación de Italia y en España por parte de las tropas anglo-americanas en julio de ese año, que en el caso de nuestro paÃs, comenzaron por el desembarco de Alicante que en seis meses de no excesiva resistencia de un ejército nazi que se batÃa en retirada, dándose la liberación de Valencia el 8 de julio, de Madrid en septiembre, y la de Barcelona en noviembre.
El dÃa 2 de enero de 1944, las últimas tropas nazis cruzaban la frontera. España volvÃa a ser libre!!!, y los responsables y acusados de colaboracionistas fueron en su mayor parte vÃctimas del ajusticiamiento, ante el ?laisez-faire? de las tropas aliadas. Serrano Suñer fue colgado en la Puerta del Sol. Igual suerte corrió Alejandro Lerroux, que en un ataque de megalomanÃa se habÃa autoproclamado presidente de la ?nueva cataluña?. Fue apresado en la Plaza de Sant Jaume y arrastrado por las Ramblas, muriendo de golpes y patas en el trayecto, y colgado posteriormente su cuerpo junto a la estatua de Colón.
Los retos ante los que se enfrentaba el gobierno Rojo no eran pocos. Un paÃs prácticamente desolado en cuanto a infraestructuras, sometido a todo tipo de abusos, saqueos y tropelÃas por parte de los alemanes, entre las cuales, quizá la menor de todas era el explio que del Prado hicieron los mandamases nazis.
Ante ello, el gobierno, lo primero que hizo es un ?calendario de normalización democrática? en lo polÃtico, y unas severas medidas encaminadas a recuperar los sectores claves de la economÃa española, y dar de comer a una población famélica y sometida.
En el plano polÃtico, Vicente Rojo formó un nuevo gobierno el 1 de febrero de 1944, ya definitivamente emplazado en Madrid, en el que destacaba una importante concentración de las familias socialistas, desde la moderación de Prieto hasta la radical de Largo, pasando por Llopis y NegrÃn, con el objetivo de formar, esta vez sÃ, una asamblea constituyente, que tomara el relevo a la fracasada consulta del 41. A tal fin, surgieron disensiones de si era conveniente convocar elecciones generales en el plazo de meses, o esperar a la finalización de la contienda, cuyo final se preveÃa breve, dado el retroceso nazi en todos los frentes.
Finalmente triunfó la tesis del propio Rojo, de llevar a cabo una tarea de reconstrucción en todos los órdenes. Esto provocó una mini crisis que se saldó con la salida de NegrÃn y Largo del gobierno, que fueron sustituidos por independientes.
Mientras tanto, habÃa culminado el mandato constitucional (del 31) del Presidente de la República, y las Cortes eligieron a un candidato de consenso para sustituir a Giral. Finalmente, el votado fue un mililstar de prestigio y probada lealtad a la democracia como era el general Emilio Herrera, en cuya larga carrera castrense habÃa demostrado igual lealtad a la monarquÃa, como después lo hizo con la república.
Las elecciones, una vez concluÃdo el conflicto en Europa, se convocaron para septiembre de 1945, con un nÃtido triunfo de las candidaturas de IR. Hágase notar la ley de 25 de marzo de 1944, por la que se prohibÃa la formación de partidos monárquicos y de todos aquellos de carácter fascista o similares.
El triunfo de IR suspuso el momentáneo alejamiento del general Rojo del ámbito polÃtico (años más tarde serÃa elegido Presidente de la República), y la llegada de un gabinete que, solventados los más urgentes problemas de reconstrucción nacional, se enfrentase con la árdua labor de elaborar la ?normalidad insitucional?, quebrada desde hacÃa casi una década.
A tal fin, a mediados de octubre era elegido por las Cortes, Diego MartÃnez Barrio, (grado 33 de la MasonerÃa), que ya en su primer discurso oficial planteó dos cuestiones de especial importancia: la definición territorial del Estado y la vigencia de la Constitución de diciembre del 31, tema éste que suscitó desde un primer momento la incomodidad de los sectores más izquierdistas, incluÃdo el PSOE, desde cuyas bancas se pudo escuchar el apelativo de ?vendido? y ?traidor? al que hasta hacÃa pocas semanas habÃa sido su socio casi incondicionald e gobierno. De este modo, MartÃnez Barrio se vio obligado a formar un gabinete monocolor, con la inclusión de 4 independientes, de los cuales destacaba el propio vicepresidente Félix Gordón, notorio cientÃfico siempre fiel a las ideas republicanos.
Sin embargo, y paradójicamente, la formación más desfavorecida de este gito de IR iba a ser el PSOE, que a partir de ese otoño desató un intenso debate interno entre las dos familias, ancestralmente enfrentadas. Ello condujo a la convocatoria de un Congreso Extraordinario, en febrero de 1946, en el que se impusieron las tesis del ala menos radical, cuyo mentor, Indalecio Prieto, declinó sin embargo la secretarÃa generral en favor de Rodolfo Llopis, y del que nació hasta un nuevo nombre para el partido de Pablo Iglesias. Ahora serÃa el Partido Socialista Español, PSE, con una tendencia claramente socialdemócrata y que, en definitiva, condujo al ostracismo polÃtico a los seguidores de un ya moribundo Largo Caballero, que aún quedándose con la ?marca? original de la organización, nunca más tuvo un auténtico peso especÃfico en las siguientes décadas de la historia de España.
El otro reto de MartÃnez Barrio era afrontar el tema del modelo territorial, fugazmente esbozado antes de la guerra, y abortado poco tiempo después.
Esto queda para siguientes entregas al igual que la entrada en acción de la derecha republicana con la formación en 1954 del PRD (Partido Republicano Democrático) impulsado por Rafael Sánchez Guerra, al que sucederÃa en 1964 un joven abogado gallego llamado Manuel Fraga.
También se hablará de la agitación social del 56, con motivo de la adhesión de España a la OTAN asà como la reaparición de Vicente Rojo en la Jefatura del Estado.
Interesante también se presenta la llamada (por la oposición de ese momento) ?ley de la infamia? de 1961, que permitÃa regresar a España a la Familia Real, despojada de todos sus atributos y privilegios, y admitida como simples ciudadanos. Ley que se negó siempre a acatar Juan de Borbón, pero que aceptarÃa su hijo Juan Carlos, que llegó a tener escaño parlamentario con su nuevo partido Unión Liberal, años más tarde.
Continuará....¿?
Esto no es poesÃa, es historia ficción
-
- Mensajes: 7524
- Registrado: Jue Ago 05, 2004 10:24 am
- Ubicación: A Coruña... y sus bares de rock xD (y www.ladesidia.com)
- Contactar:
Oye, me lo he leido todo y hasta donde yo se, perfectamente factible xDDDD
Weno, hay un detalle hacia el final de la guerra... se me hace complicado pensar que hubiera sucedido con españa si hubiese sido prosovietica durante toda la guerra, invadida por los nazis, y liberada por los aliados. Creo que no hay casos (si los hay al reves, polonia, por ejemplo, y quedo "sovietizada"). Pero dudo que eso hubiese sido sencillo. Los aliados y la URSS tenían un enemigo común, pero (casi) nunca fueron aliados entre si.
En fin, que lo probable es que hubiese quedado una República Democrática de España, y una República Federal de España... Anque habiendo un gobierno español legitimo (el republicano) la version que propones se hace mas plausible. Y aun asi, se me hace complicado ver a los aliados devolviendo sus tierras a un gobierno aliado de la URSS. xD
Ello, que muy chulo. Para disfrutar de la historia hace falta de vez en cuando practicar la historia-ficcion.
Weno, hay un detalle hacia el final de la guerra... se me hace complicado pensar que hubiera sucedido con españa si hubiese sido prosovietica durante toda la guerra, invadida por los nazis, y liberada por los aliados. Creo que no hay casos (si los hay al reves, polonia, por ejemplo, y quedo "sovietizada"). Pero dudo que eso hubiese sido sencillo. Los aliados y la URSS tenían un enemigo común, pero (casi) nunca fueron aliados entre si.
En fin, que lo probable es que hubiese quedado una República Democrática de España, y una República Federal de España... Anque habiendo un gobierno español legitimo (el republicano) la version que propones se hace mas plausible. Y aun asi, se me hace complicado ver a los aliados devolviendo sus tierras a un gobierno aliado de la URSS. xD
Ello, que muy chulo. Para disfrutar de la historia hace falta de vez en cuando practicar la historia-ficcion.

¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 9 invitados