La tormenta continúa, implacable, y crece con nosotros, incrementando nuestras emociones. Sensibilidad, miedo al fracaso, compañeros en nuestro viaje que se alejan y desaparecen. La tormenta se hace más dura, mas cruel, nos golpea firmemente sin remordimientos, segura de sí misma. No importará nada, esto no habrá acabado.
Ella continúa, siempre a nuestro lado. Jamás se separara de nosotros, ella nos necesita como nosotros a ellos, a los sentimientos.
Sigue avanzando, amor, desamor, triunfos y fracasos, se suceden como luces y sombras en la noche. Intentamos seguir ésas luces en la oscuridad, mientras vamos tropezando. Tristeza, frustración, la tormenta no ha terminado, no concede descanso. Seguiremos avanzando en esa tenebrosidad, a ciegas, buscando esa luz que nos ilumine y nos ayude a continuar.
No aparece, monotonía, rutina. ¿ Qué hacer? Aún no se ha terminado, aun queda pena y dolor. La tormenta reflexiona ¿Acaso es suficiente? Desilusión invade nuestro espíritu. La tormenta nos observa fijamente, duda.
La inspiramos lástima, a la vez que rabia. Sentimientos opuestos, enfrentados, no parece haber solución.
Finalmente, la compasión vence a la rabia. La tormenta se aleja, por el horizonte. Desaparece buscando otro lugar. La tormenta ha pasado. ¿ Quien será el siguiente?
esta es un poco más larga


Como es evidente no es mia, ya q yo no hago relatos, es de mi amigo.
salud