Ahora si vives

[Alain]

Anochecía. Oscuridad, el sol se apagó. Las luces de los faroles luchaban contra ella, intentando inútilmente vencer la penumbra que dominaba. No se escuchaba ningún ruido, sólo el del motor de su coche, cosa que a él no le gustaba. Había temido desde hace tiempo la oscuridad como cualquier otro niño asustadizo. Pero él ya no lo era. Los recuerdos de la infancia se habían borrado hace tiempo. Pero ese no?
No temía la oscuridad en sí, sólo su silencio. El silencio asusta más que la oscuridad. El silencio de alguien que te espera allí?
La lluvia replicaba cada vez más fuerte sobre el parabrisas de su coche. Disminuyó la velocidad, el pavimento de la carretera estaba empapado y la visibilidad no ayudaba para nada.
?Quiero llegar a casa?, pensó. Estaba cansado. Fue un día duro hoy. Estaba harto ya de escuchar los problemas de la gente. Tanta locura, bronca, enfermedad, incoherencia? ¿Por qué nadie escuchaba sus problemas, sus miedos? ?¿¡El psicólogo del psicólogo!??, se rió para sus adentros. Después de todo el sabía lo que le esperaba siendo psicólogo. Pero tenía la vana fe?
La gente esta muy loca últimamente. No sabía si era el stress cotidiano, el comer mal, los problemas, las responsabilidades? Su consulta, mejor dicho, sus pacientes reflejaban una sociedad rota, descabellada, fuera de sí.
?Y yo soy uno más de esa sociedad?.
?¡Basta! Quiero llegar a casa?.
Quería dormir, solo dormir. Olvidar por un momento todas estas cosas. Dormir es el alivio de los problemas temporalmente. Pero el que tiene problemas no puede dormir. Y él lo sabía, iba a estar horas tirado en el sofá, cambiando de posición, abriendo los ojos a cada rato, la máquina sigue funcionando. Siempre.
Vio un cartel y dobló en la próxima salida. Anduvo unos metros y llegó a casa.
Estacionó el coche, bajó y caminó hasta su casa. La miró y vio luz. ? ¡Que raro! Me dejé la luz del living encendida?. Tampoco era tan descabellada la idea, hoy llevaba tarde. Tenía una cita a las 9 de la mañana. ?En el apuro??.
Abrió la puerta principal. Dejó el sobretodo mojado colgado en el perchero de entrada, estaba empapado.
Tembló por el cambio de temperatura. También tembló al verlo.
Estaba sentado en su sofá, mirándolo, sólo mirándolo. Esa mirada fría, la recordaba. Si, la recordaba muy bien. El silencio se hizo eterno. El rompió el hielo.
-Nunca cambiarás. Siempre dejaste una copia de la llave debajo de la maceta de la entrada. Podría entrar cualquiera?-
-¿Cómo vos?, tuvo miedo, pero despejó la mente y intento calmarse.-
-¿Qué pasa? ¿Ya no soy bien recibido en tu casa?-
-¿Para qué?? Se detuvo, ¿quería saberlo? ?Si, no seas cobarde, en algún momento lo sabrás?. ?Ya lo sé?. ¿Para qué viniste?-
-Vos lo sabés muy bien. Pero igual lo preguntaste. ¿Pensabas? que quizás sería otra cosa?-
-No, lo sé muy bien. ¿Quieres algo de beber?-
-No, gracias.-
Se acercó a la mesa y se sirvió un vaso de whisky. Ya no tenía miedo, la suerte estaba echada. Se sentó enfrente de él y bebió un sorbo.
-Hace mucho que no nos veíamos, que lastima que?-
-¿Qué nos veamos en esta situación?-
-Si-
-Lo sé, es una pena. Tenía ganas de verte.- Su mirada fría recorrió la casa. ? Veo que te ha ido bien desde entonces.-
-Si, por suerte.-
-¿Rearmando tu vida, no? ¡Qué fácil olvidaste tu pasado!-
-Nunca lo olvidé. Esas cosas no se olvidan nunca. Por más que lo intentés.-
-¿Sabés que hicimos una excepción con tu caso, no? Eras muy importante para todos. Eras el mejor.-
-Lo era, es tema olvidado.-
-Para nosotros no. Te dejamos que vivas, que rearmes tu vida. Por un tiempo.-
-¿Me consideran peligroso? Saben que no voy a hablar nunca.-
-Yo lo sé, ellos no creen igual. Si fuera por mí no estaría acá.-
-Son órdenes, entiendo.-
-Así que psicólogo, eh.-
-Intento ayudar a la gente.-
-Un cambio muy radical en tu vida. No lo puedo creer.-
-La gente cambia.-
-La gente nunca cambia.-
-Prefiero pensar que si-
Se hizo un silencio. Se quedaron mirando.
-Es una linda mujer tu esposa.-
-Ella me hizo cambiar.-
-Estas preocupado por ella. No te preocupes, saldrá adelante.-
-No me preocupa tanto ella, es fuerte.-
-¿Te preocupa Claudio?-
-No quiero que crezca sin padre.-
-Él es tan fuerte como Camila, saldrán adelante. ¿Pero por qué lo hiciste? Sabías que tarde o temprano iba a venir.-
-Si, pero no quería irme sin ver lo que se sentía.-
-¿Lo que se sentía?-
-Lo que se sentía ser feliz-
Una lágrima cayó. ?Mátame ya?.
El hombre se levantó, suspiro.
-No habrá más stress, más locura, más incoherencia para vos.
-Gracias-
-Después de todo es mi trabajo, no?
Rió, ya no tenía miedo. Es más, se iba sintiendo relajado, aliviado, como si el peso de tantos años se hubieran fundido junto al sudor de su frente. Chau dolor, chau sufrimiento.
-¿A dónde me llevas?-
-A donde quieras ir-
-Ya se donde-
¡Qué lindo era pensarlo!
¡Qué dolor sientes en el pecho!
¿Es el dolor de la vida abandonándote?
Anochecía, mientras un vaso de whisky resbalaba de una mano de mármol.
Llovía, ¡Ahora si que vives!

[Cronos]

Hay transtornos mentales propios de los psicologos (y no es coña xD)

Me gusta el texto... ¿es parte de algo más?

[Alain]

podria serlo, pero no.

tenia ganas de hablar sobre este tema, un tabu que no deberia serlo.

gracias por leerlo.

[Sumiciu]

Da gusto leerlo. Me gusta y si que deja la sensacion de ser tan solo una parte.

[Alain]

da esa sensacion, quizas, por que solo quise hablar sobre esa etapa de la vida.

La vida es la gran novela, este texto es solo un capitulo de ella.