susurradas al oído,
con el eco de mi voz
más traidor que el pergamino
que dibuja con descaro
mi desafortunado camino.
Y en las noches que me mientes
con desgarrado atino
sin más desprecio del que vendes
al que se cruza en tu destino.
Y cuando todo se escapa
entre renglones huidizos
compras mis engañosos silencios
con unos cartones de vino.
Como quien alimenta misterios
y tergiversa el sinsentido,
como quien esconde inocencia
y desfallece en los motivos.
Y a pesar de toda duda
sigo encontrando sincero
que me beses sin tapujos,
que te encierres en un sueño,
que te aferres por momentos
a bastardos pensamientos.
Indignantes sentimientos a la sombra de un poema
de lo rancio y de lo bello,
de la soledad
y su pureza.
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salud y gracias!
