de la hipocresía.
Corrompes mi ego, yo princesa
de la utopía.
Haces que me sienta luna
y melancolía.
Cuentas mi dulce cuento que sueño
cada día.
Miras mis ojos negros y te sientes parte
de mi vida.
Juegas con mi locura y miento
con cada melodía.
Al fin y al cabo,
son sólo palabras.
Me encantan las palabras
que escucho de tu boca,
voz dulce,
entrecortada,
rota.
Dos ventanas de melancolía
me hacen adentrarme en tu alma,
ternura infinita,
cuando besas mi espalda
y acaso no son llamaradas
tus labios rojos,
estalla la pasión
siempre a su antojo.
Me ciega tanta claridad,
¿la luz del alba?
Detalle en la mañana,
a tu lado,
soñando contigo,
¿y cuál es azul, el mar o el cielo?
reflejas tu alma en mis ojos
o eres tu el reflejo de mis versos.
Me emociona tu canto,
sin ser eterno,
cuentos de mentiras
me parecen tus sueños
y al fin y al cabo
no son palabras los cuentos.
A veces no sé si me escuchas
o simplemente oyes que hablo.
Me dan miedo las noches
me asustan las mañanas
ya no entro en nuestro cuarto
que está lleno de nada.
Te insulto y te desprecio
la risa acaba en llanto
si crees que no te quiero
dime por qué te canto
y muérdeme las venas
verás como no sangro
mi corazón es piedra
desde que te has marchado.
Porque yo sin ti no puedo respirar
y cuando estoy contigo siempre acabo mal.
(Platero y Tú)