¿Quién será el Primogénito Real?
Plan B para derrocar al Bourbon
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Es bien sencillo: en una Democracia, gobierna el pueblo. El pueblo, expresado en las mayorías, es el único soberano. Todo acto de gobierno que se haga contra la voluntad del pueblo, prescindiendo de la voluntad del pueblo, es ilegítimo. Un Jefe de Estado que no haya sido elegido por el pueblo, en unas elecciones periódicas (pues el pueblo tiene derecho a cambiar de opinión, el mismo pueblo es una entidad dinámica), es un Jefe de Estado ILEGÍTIMO. Si el ciudadano Felipe Bourbon Glücksburg (sus apellidos correctamente enumerados y escritos) no es puesto en el cargo por el pueblo, sólo detentará ese cargo, pero no representará más que a sí mismo.
detentar
(Del lat. detentāre, retener).
1. tr. Retener y ejercer ilegítimamente algún poder o cargo público.
2. tr. Der. Dicho de una persona: Retener lo que manifiestamente no le pertenece.
De acuerdo, qué cosas tengo. No vivimos en una Democracia, eso es obvio. De vivir en una Democracia el Ejército Español no hubiera participado en la invasión y saqueo de Iraq, un país que jamás había agredido a España, con una abrumadora mayoría de la población española en contra de esa vileza (las encuestas mostraban un 91% de rechazo a la guerra). Pero sabemos que se fue a la guerra, incluso el ?representante? de los españoles, el inmundo bigotudo, patrocinó la guerra en una gira por países con asiento en el Consejo de Seguridad. Luego no vivimos en una Democracia. El pueblo no gobierna, la voluntad del pueblo no es soberana, existen considerandos por encima de su majestad e imperio.
Desde aquellos ominosos días no ha cambiado la legitimidad del poder. Por ejemplo, los recortes sociales son rechazados por el 85% de la población y, sin embargo, no es óbice para que se insista en ellos a pesar de que no cuentan con respaldo popular (ni mandato electoral, pues ningún partido los llevaba en su programa político, aún habiéndose redactado estos en medio de la crisis). Si viviéramos en una Democracia, si gobernase el pueblo, por definición nada podría ser hecho en las res publica contra su soberana voluntad.
Luego no vivimos en una Democracia. Quod erat demonstrandum. Como cualquier observador imparcial con un mínimo de capacidad de observación reconocería al punto.
No puede celebrarse el referendum porque, lisa y llanamente, la voluntad del pueblo español no es competente para determinar quién ocupa la Jefatura del Estado. La veleidad del cromosoma y los designios del Generalísimo de Todos los Ejércitos pesan más que la opinión de los 47 millones de ciudadanos que no hemos salido de un coño de sangre azul.
De acuerdo, no lo acepto pero me resigno. España no es una Democracia. Al menos que sea un Estado de Derecho. Que se cumplan las leyes, empezando por la ley básica del ordenamiento jurídico español: la Constitución.
Artículo 57
1. La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos.
Pero resulta que el primogénito del Rey, es decir, el primer óvulo fecundado por un espermatozoide con corona con una secuencia genética XY, no es el ciudadano Felipe. Existes fundadas razones para creer que el primer vástago varón de Juan Carlos Bourbon es un ciudadano catalán, Albert Solà Jiménez. Que sea un hijo ilegítimo no contraviene en nada el artículo constitucional antedicho, que nada menciona sobre bastardías. Más ilegítimo es ocupar la Jefatura del Estado sin el mandato del pueblo.
Por lo tanto, si no ha de cumplirse la voluntad del pueblo, al menos que se cumpla la ley. Dura lex, sed lex, o eso se les dice a las últimas víctimas de la represión judicial contra trabajadores que no se someten. Que se apliquen el cuento. Existe una sospecha fundada de que Felipe Bourbon no es el primogénito varón y que, por lo tanto, no le corresponde a él la corona. El Estado tiene medios sobrados para determinar la veracidad o falsedad de esta hipótesis, incluso sin obtener ni un solo glauco hematí: bastan con un análisis de sangre a familiares del monarca, y así no habría que violar su sagrada persona. Por cierto, a partir de hoy YA NO ES REY, pues acaba de abdicar, con lo cual sí que debería someterse a un requerimiento judicial para una prueba de paternidad. ¿Hemos de estar seguros de que se cumpla la ley, no? Si la Constitución dicta que la Jefatura del Estado es un asunto de cromosomas, hemos de asegurarnos de que se cumple tan peregrino criterio. Si la Ley prevalece, aplíquese con rigor, a las duras y a las maduras. Porque si Felipe ocupa el trono sin pasar por unas elecciones, será un Jefe de Estado ilegítimo. Pero es que si además lo hace sin que su padre pase por una prueba de paternidad, será un Jefe de Estado presuntamente ILEGAL. Y estará sometido a la amenaza de que en cualquier momento, cualquier análisis genético de un tejido de cualquier miembro de la familia real pruebe que está usurpando el trono a su hermano mayor y heredero legítimo de la Corona (que no de la Jefatura de Estado, cuya legitimidad la otorga el pueblo), el ciudadano Albert Solà. Y se siente, pero esas son sus leyes, las que intentan imponernos por encima de nuestra voluntad soberana.
Nota: Si el ciudadano Solà abdica, el siguiente en orden de sucesión no es el ciudadano Bourbon, son los hijos del señor Solà. Evidentemente, este señor jamás va a ocupar el trono ni muestra ningún deseo de ello, pero si el ciudadano Felipe Bourbon accede al trono después de la abdicación del señor Solà, sus hijos y sus nietos si los tuviese, el ciudadano Felipe estaría ya tan brutalmente deslegitimado que la corona no se sostendría en su cabeza ni haciendo equilibrios.
Aquí tenéis un plan B: exigir que se compruebe o desmienta esta hipótesis, que se dilucide la cuestión de la primogenitura del Rey y, con ella, la titularidad del legítimo heredero de la Corona. No es una cuestión banal.
Por este flanco se puede hacer mucho daño, a castigar las costillas.
Y ahora, a la calle!