Aunque sólo fuese una cuestión de presupuestos, ya resultaría flagrante que en algunas localidades se haya retirado dinero de las bandas de música para darlo a la tauromaquia. Pero recordemos que no es una cuestión de presupuestos, que son vidas y sufrimiento a lo que se está poniendo ese precio. En concreto, seis vidas cada tarde, sólo en la Plaza de Ventas. Seis vidas cada tarde cuyo final, desde su nacimiento, ha sido marcado con sangre para el sádico disfrute de unxs pocxs. Eso es lo que entre todxs estamos financiando y consintiendo, de forma más o menos indirecta.
Por eso, hacemos un llamamiento a que resurja la rabia y la lucha contra esta injusticia. A oponerse frontalmente y pelear activamente contra una práctica cruel que deberíamos ver desaparecer de una vez por todas.
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