No quiero creer que el aire busque rozar tu cuerpo cuando nuestra ausencia se fuma un cigarro apoyada en la esquina contigua. Me resisto a la tentación de esculpir el hoyuelo de tu sonrisa o el sabor de tus caricias en un burdo poema, porque las palabras en mi mano nacen torpes e inadecuadas, hacien...

Me basta una canción desafinada para romperme la garganta con imposibles, mientras la mala hierba fruto del hirviente calor veraniego trepa por mi cuerpo para arrebatarme el roce del aire que discreto me sube a hombros con dulzura y paternidad, por hacerme sentir pájaro y princesa en un mismo acto d...

Me sabe la garganta a sangre de cantarle a la luna del moribundo invierno, mientras tocan la guitarra los que siempre son segundos y, en su descuido, me acerco a ella, me enhebro al unísono con su blancura virginal y no me vuelven a ver por esta tierra seca sin sueños de más. Que no me importa morir...

donde ajustas la nuca
y en las noches amargas
hundes ojos y lagrimas.

............. qué prepotente es mi inocencia al intentar retratar algo que ya está escrito por alguien que al parpadear ve lo que se avecina y lo que fue mil veces mejor de lo que yo lo haría

Con el tropel que abarca este techo y con el sonido de sus desgastadas botas muero de sueño en un instante de sólo imaginar su final, muero de angustia y de inercia, de pasear por parques marchitados con perros que defecan a la orilla de mi ánimo. Dulce amante que me espera cada noche para no morir ...

Sabe muy bien cuál es el pellizco delator, los dedos que se juntan para en un abrir de boca cagarse en Dios. Quiere ser la rata que muerde enrabietada la pereza de un quehacer, la costumbre insostenible de estrechar la mano mientras el polvo se convierte en débiles palabras que a la mínima lloran al...

El pasado ya no es más que dos manos que se rozan... y yo ahora tan sólo soy la humareda que dejan los aplausos por estos versos tan bien esculpidos.

Entrecortadas las ideas de los que conciernen al pensamiento irremediable atraen consigo la locura irrefrenable que les lleva a sostener entre los dedos cualquier droga y una pluma, mientras con la boca abierta observan atónitos su alrededor, sus manos, el suelo, el minutero, el final, el comienzo, ...

Atiza el fuego que me abrasa las costillas la mano blanca de las que de noche dicen ser mi dulce sueño, y yo, con un soplete llené de ampollas sus finos dedos haciendo aullar al animal que posee su lado izquierdo. Ya no me fío de los que dicen ser, porque nunca son, ya no son limpias mis venganzas, ...

La idea, mu wena, la estructura... y no es por aguar la fiesta, pero pones el mundo como si todo fuese drogadicto, no puedo juzgar tu obra, ya que es única y es tu propio anhelo el que está ahi, pero no comparto para nada ese modo de ver la vida.. aun asi, está bien jeje un saludo.

Por ahí, por ahí viene el leve riachuelo, el que a su paso despierta escandaleras como si fueran cunas recién arropadas, el que armoniza el tacto de las lágrimas de los niños que se arrodillan a sus orillas rogando crecer. Los viejos que cuentan atardeceres lo saben, saben adónde va, corriendo por c...

Perfilar con los dedos muertos el horizonte que se ahoga en el atlántico, con un pincel en la pupila y un borrador mojado por arena seca; las memorias de una gaviota soñadora. Los colores de una despedida tatuados en mis sienes, como un puñal amenazante, me nombran tímidos y balbuceantes debajo de c...

El cenit nos admira con bella timidez al esconder su melena rojiza entre los velos que borran las estrellas, se descifra la suprema feminidad de aquellas manos gigantes que nos acaricia con ternura el cuerpo. Sentimientos dispersos en las alturas, grisáceas lágrimas que plastifican las calles cuando...

Cuatro años de aquél adiós tan incierto. El primero, atormentando a un triste papel, manchándolo de amor herido, anhelando el último suspiro de morir joven a los pies de una pregunta, soñándote cada amanecer con el perdón colgando de tus graves y rebeldes cuerdas vocales. Naufragaron cien veranos en...

?Perros verdes y rubios de ojos azules? El histrionismo de los mudos de valor yace en el nicho de las rarezas, de los desiguales, de los apartados del común, por si contagian la enfermedad de las ideas propias en la vacuidad de cualquier regla despedazada de una calle cortada por eternas obras. Lo n...

El histrionismo de los mudos de valor yace en el nicho de las rarezas, de los desiguales, de los apartados del común, por si contagian la enfermedad de las ideas propias en la vacuidad de cualquier regla despedazada de una calle cortada por eternas obras. Lo normal y lo extraño, lo adecuado y lo que...

Que fluya el dolor de los partos en mis dedos, que fluya la sobervia del Vaticano en mis vanas palabras, que fluya. Que se desvelen los secretos de una mente insana en el sanatorio de los mundos paralelos, el vuestro y el mío, que se develen los viejos en plena noche de tormenta. Que todo fluya y se...

Los colores de fuera se sienten vivos, desprendiendo olores de almohada cargada de cansancio, de noches de sinsabores con aliento a ron, remando en el mar bravo de la duda, de mi rencor y de lo que pudo ser una mueca diferente. Batallones de sonidos se filtran por las luces muertas de la tormenta ve...

Con la luna en un bolsillo y el sol al cuello sonrío sin más al ver que el invierno tiene que morir, que vendrá la pubertad del nuevo año. A la espera del entierro y del parto, cantautores con recursos besan mis sentidos con los versos navegando a duras penas por los ríos de saliva, con los insípido...

En un lugar frío con tres pisos de escaleras, arriba, en lo más alto, donde desfallecía el cansancio, había una niña con los ojos muy abiertos recogida en un cuarto minúsculo con una ventana enredada en barrotes negros, donde las estrellas se hacían cercanas y cómplices. En las tardes de verano, cua...

Delicada y pálida era tu expresión de niña dulce, de tu fachada extranjera y tus ojos cristalinos, de la delgadez de tus muñecas y la perplejidad de quien te observa escondida en un bosque sin árboles. Tu voz abraza a las tímidas caricias, a mis paupérrimas ganas de seguir recitando el desamor en la...

Donde no existen los nombres y los besos se mueren de hambre a mitad de camino quiero ver pasar la vida con un lápiz afilado entre los dedos, con pensamientos rotos remendando la nada que se pasea en cueros por las manos que sólo saben hurtar en un lugar al ladito de la incertidumbre. Intentaré enhe...

La última parte me ha encantado, eso sí, lo de más lejos a tu lado me suena.. jejeje

Cómo molestarme en pensar algo tan quimérico, tan escondido entre las brasas de un carbón barato y mal prendido. Siento no poder complacer al vaivén de las hojas y sí al libertinaje del viento. Tengo las venas cansadas de tanta mella de palabra, de tanta prisa por llegar a un corazón encostrado, tan...

Si crees que el aire
no entiende del sabor de los besos,
si piensas que las flores
nunca se aburren,
si sientes que a veces
el mundo te sonríe y
que la luna no archiva
cada uno te tus anhelos,
tus sentidos, a diferencia
de los míos,
aún siguen respirando el aire
que escapa de la contaminación.