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Los Roslis: “Hemos venido para salvar la música”

Junio de 2018. Una entrevista de Rubén Rozas

Los Roslis volvían el año pasado, y lo hacían para quedarse. Con su nuevo disco “20 años, 20 minutos” los de Navarra demostraban que a pesar del tiempo no habían perdido la Esencia Roslis. “Lo único que ha cambiado es que ahora somos un poco más mayores, aunque seguimos con pelo”, bromeaba Norberto Viñas (Voz y Bajo) en la entrevista que concedían él y Unai Amezketa (Voz y Guitarra) a Manerasdevivir.com aprovechando la visita que hacían a Madrid como motivo de la promo de este “último hijo”.

Sois una mezcla entre rock, punk, e incluso punk electicoplayero, he leído por ahí. ¿Podríais explicarme qué es eso? ¿Cómo os definís a vosotros mismos? (musicalmente hablando).

Norberto: Nosotros siempre nos hemos identificado mucho con todo lo relacionado con las Series B: con las pelis, los cómics, el surf, el skate… Lo que pasa es que eso tiene más que ver con el nosotros de hace 20 años. Ahora somos casi más de Serie C (risas). En cuanto a definirnos a nosotros mismos, no hemos inventado nada nuevo. Es una mezcla de géneros, es lo que nos define. Este disco a veces te va a sonar rock, a veces punk, y a veces te va a sonar a no se qué, pero siempre te va a sonar Roslis.

Después del tiempo que os dais, de las idas y venidas de algunos de los componentes… ¿Qué diferencia a Los Roslis de ahora con respecto a los que empezaron, hace ya 20 años?

Norberto: En cuanto a personas, no hay ninguna diferencia, ahora mismo estamos la banda original. En cuanto a nuestra música, hemos estado en otros grupos, hemos sacado otros discos… y nos hemos hecho viejos, pero tenemos el pelo entero (risas). Siempre cuento una anécdota que creo que es definitoria: Un día me encontré con Unai después de 10 años sin vernos, y dijimos “Tenemos que quedar otro día…”. Al día siguiente fuimos a comer y al tercer Gin Tonic fuimos al local, nos pusimos a tocar, vimos que nos acordábamos de las canciones, y ese mismo día empezamos a ensayar. Nos dimos cuenta de que, en realidad, nada había cambiado.

Los Roslis

“Un día me encontré con Unai después de 10 años sin vernos, y dijimos “Tenemos que quedar otro día…”. Al día siguiente fuimos a comer y al tercer Gin Tonic fuimos al local, nos pusimos a tocar, vimos que nos acordábamos de las canciones, y ese mismo día empezamos a ensayar. Nos dimos cuenta de que, en realidad, nada había cambiado”

¿Así que la vuelta surge casi de casualidad?

Norberto: Casi no (risas). Totalmente de casualidad.

Mencionaba antes el tema de los cambios de formación. Cuando se dan… ¿Cómo repercuten en el grupo?

Unai: Bueno, se dan una serie de circunstancias que no te puedo decir porque no me acuerdo. Ahora no tienen importancia, en su momento probablemente sí que la tuviera.

De donde nosotros venimos hay muchos músicos, nos conocemos todos, y la mayoría de grupos son el resultado de otros grupos que por ejemplo se separan… Se cambia de batería y entra El Flaco, luego vemos que nos hace falta otra guitarra y entra Carlos (Lorente). Cuando Flaco se marcha entra Sergio, se va Norberto… y así.

Norberto: Los que estamos ahora somos la formación original: El trío inicial más Carlos (Artola). Pero no lo llevamos mal, ni nos ha repercutido negativamente. Lo que “cuesta” un poco más es ajustarnos unos a otros al principio porque cada uno tiene su modelo de sonido, pero más allá de eso no nos ha perjudicado, siempre hemos intentado mantener el mismo estilo. Y los cambios que se hayan dado, como ha dicho Unai, han sido por circunstancias, situaciones… pero nunca porque hayamos tenido algún problema entre nosotros ni nada de eso, en absoluto.

20 años dan para mucho… Contadme alguna anécdota vuestra.

Norberto: Uff… (risas). Nosotros somos una banda pre-internet, que en los primeros 6 años de vida hicimos casi 300 conciertos que dan para una cantidad de vivencias impensables. Hemos visto desde un aterrizaje forzoso a una familia haciendo picnic en una rampa de frenado. Y por supuesto hay muchas que no podemos contar. Lo único que podemos decir es que fue una época muy desenfrenada, (a veces demasiado), que mucha gente, desgraciadamente, no supo o no pudo gestionar.

Con el último disco habíais entrado en lista, o estabais a punto de hacerlo. Sin embargo, es en ese momento cuando lo dejáis. ¿Por qué?

Norberto: Teníamos un disco preparado, que no llegó a ver la luz. Se sumaron una serie de factores para que ese disco no saliera. El primero es que nos tomaron el pelo, nosotros habíamos acordado una serie de condiciones con la discográfica de entonces que no se llevaron a cabo. Éramos jóvenes, nos prometieron un lanzamiento fuerte que nunca se dio, eligieron a otras bandas sin decírnoslo, nunca nos dijeron lo que habíamos vendido realmente… En fin, no actuaron bien. Yo creo que fue ahí cuando nos vinimos un poco abajo.

Pero ahora estamos muy bien con El Dromedario. Hacemos lo que nos gusta, nos compenetramos, y trabajamos muy a gusto juntos. Por otro lado, nunca lo llegamos a dejar como tal. Quiero decir, yo tuve que irme por circunstancias también personales, pero ellos siguieron como Big Member ; que, aunque era un proyecto independiente estaba formado por el 75% de Los Roslis.

Unai: De alguna manera éramos Los Roslis, pero nos podíamos llamar Roslis si faltaba Norberto. Además llevábamos un rollo un poco diferente, más serio.

He leído una frase en vuestro perfil de Facebook que me ha llamado la atención; decía algo así como: “Hemos venido para salvar la música”. ¿Tan mal veis el mercado?

Norberto: Es una puta paradoja. En el momento en el que más preparado están los músicos jóvenes, cuando más recursos tienen, cuando más fácil es hacer música, más difícil lo tienen. No he visto un momento mejor que el de ahora para poder hacer rock. Siempre han existido distintos géneros, por supuesto, pero antes el rock era lo más, sin embargo, ahora se ha convertido en nicho, en una parte de ese todo. Tampoco soy de esas personas que critican al reggeaton o a otros estilos. Cada generación tiene su manera de romper, solo que la manera de romper de ahora la veo muy cliché, más consumista si lo prefieres, es decir, hoy cojo una canción y mañana la olvido; sin generalizar, por supuesto.

Unai: La manera de consumir música ha cambiado, sin duda. Pones la radio y todas las canciones suenan igual… Antes podías tirarte en una tienda de vinilos toda la mañana… Ahora eso se ha convertido en “Me gustas”. No decimos con esto que sea mejor lo de antes o lo de ahora, pero sí diferente. Lo que sí es verdad es que precisamente ahora que es cuando más fácil debería ser hacer rock sucede justo lo contrario.

Los Roslis

“Precisamente ahora que es cuando más fácil debería ser hacer rock sucede justo lo contrario”

Los Roslis

A pesar de todo y coincidiendo con vosotros en esto que me decís, ¿estáis de acuerdo conmigo en que hay esperanza?

Norberto: Por supuesto, hay grupos muy preparados y muy buenos. El problema es triunfar. El término en sí está haciendo mucho daño a los grupos jóvenes. Nos venden que en dos días vamos a sacar un disco y a ser cabeza de cartel en los festivales, y eso es imposible, no hay que olvidar que la carrera musical como su propio nombre indica no deja de ser eso, una carrera, y requiere su tiempo. Pero esperanza hay, claro que sí, hay muchos grupos que estoy seguro van para largo y si no lo van estarán en los escenarios el tiempo que ellos quieran, que tampoco es nada malo. Cada uno tiene que estar tocando el tiempo que le apetezca, y sobre todo tiene que disfrutarlo.

Unai: Aprovecho para hacer un poco de publi (risas). A unas amigas mías les pasa lo que comenta Norberto; tienen un grupo, Las Melenas… y me lo decían el otro día, que no sabían cuanto iba a durar aquello, que nunca se imaginaron haber llegado hasta donde están ahora, y que querían disfrutarlo por lo que pudiera pasar. Es un poco el reflejo de que la industria no está nada fácil.

¿Hay algo que no haya cambiado?

Norberto: Bajo mi punto de vista no, ha cambiado todo. Por ejemplo, para nosotros ir a ver un concierto era una religión, ya podíamos venir reventados de un viaje que daba igual quien tocara; íbamos a verle. Ese valor que tenía la música en directo se ha perdido un poco yo creo. Quizás lo que no ha cambiado es la ilusión de los jóvenes. Además aunque hemos dicho que es muy difícil hacerse un hueco y demás eso no quita para que haya muchísimos grupos. Es decir, que la gente quiere expresarse, y eso es muy bueno. La música nos salva. Sin música no podríamos vivir y hay gente que no se da cuenta de ello. Ni si quiera alguien que no se considere muy seguidor de la música sería capaz de vivir sin ella.

¿Vosotros como banda habéis notado ese cambio?

Unai: Sí. Sin ir más lejos uno de los últimos conciertos que dimos; había mucha juventud, pero prácticamente nadie se paraba a vernos; en nuestra época seguramente habría estado lleno. Sin embargo, nos pasó una cosa que para nosotros ya hizo que mereciera la pena tocar: Se acercaron un grupo de chicos jóvenes, vinieron a pedirnos perdón, nos dieron las gracias por haber tocado en su pueblo y juntaron dinero entre todos para comprar un disco. Fue un gesto muy bonito y la prueba de que como hemos dicho, hay esperanza. Así que, por un lado, está la cosa esa de que la cultura del rock no es la misma, pero por otro nos quedamos con que todavía hay gente joven a la que le gusta el rollo, y esperamos y estamos seguros de que la habrá siempre.

Hablemos de vuestro último disco: 20 años, 20 minutos. A mi personalmente me parece un título muy simbólico.

Unai: Lo es. Cuando en el 2017 tocamos en el mismo lugar donde en el 97 habíamos dado nuestro primer concierto nos dimos cuenta de que realmente parecía que había sido ayer, que para la gente podían ser 20 años, pero para nosotros parecía que habían pasado 20 minutos. Además, es como si hubiéramos seguido donde lo dejamos. De ahí lo de 20 años, 20 minutos.

¿Tenéis pensado volver a versionar temas de los 80, hacer algún tributo…?

Unai: En todos los discos que hemos hecho hay alguna versión ochentera, en este también. Teníamos un grupo paralelo, Los Borja, (así como anécdota) en el que hacíamos versiones de Tino Casal, de Hombres G… pero a lo bruto, y con Los Roslis igual. Siempre nos ha gustado versionar canciones de los 80, y sí, seguiremos en ello, va en nuestro ADN.

¿Tenéis alguna canción del disco que os recuerde a un momento o a una persona en especial?

Norberto: Todas son especiales, pero hay dos que destacan sobre las demás: En mi viaje a Plutón y Noches del Imanol. Son un guiño a los amigos que nos han dejado durante el camino: Roberto, Olíver, Eduardo… Tres personas que han significado mucho y que queríamos que de alguna manera aparecieran tanto musical como físicamente. De hecho, si das la vuelta al disco la foto que aparece es la de ellos. Queríamos, como decimos, rendirles un homenaje y nos ha parecido la mejor manera de hacerlo.

“En mi viaje a Plutón y Noches del Imanol son un guiño a los amigos que nos han dejado durante el camino”

A parte de la promo, que estáis a tope, ¿tenéis ya fechas de gira?

Norberto: Nos estamos tomando las cosas como vienen, con tranquilidad, fiándonos mucho de El Dromedario… y disfrutándolo.

Unai: Ten en cuenta que ahora es más difícil coincidir. Los cuatro tenemos nuestras vidas; los curros, la familia, los viajes… Así que vamos despacio, pero ahí estamos. Las cosas van saliendo, solo que a otro ritmo.

Y para terminar, ¿un mensaje para la gente que nos lee?

Norberto: Que hay esperanza, por supuesto ; y que en el rock no existe un término medio, hay que actuar con cabeza o sin nada de cabeza (risas).

Los Roslis en Facebook: fb.com/losroslis/

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