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Ariel Rot. El genio de las cenizas en el aire

Febrero de 2011. Por Fernando F. Garayoa. Fotos de Warner Music

Ariel Rot, sumido en la humildad del genio, ofrece una conversación de ésas que enamora, tanto por el fondo como por la forma. Autor de hitos mundiales apenas reconocidos, como Cenizas en el aire, el otrora integrante de Tequila o Los Rodríguez editó el año pasado Solo Rot, un disco que primero ha defendido en formato de banda (en Pamplona lo hará como trío) y ahora se ha lanzado a defender en solitario. Sí, han leído bien, en solitario.

Ariel, ¿por qué solo?

Bueno, a Pamplona iré con formato de trío acústico, junto a Osvi (guitarra) y Mac (bajo), ya que desde el Teatro Gayarre me pidieron que fuera con una formación digamos que más numerosa.

Bien, pero, casi filosóficamente hablando, ¿cómo surge la idea, tan arriesgada, de girar solo?

Yo creo que es una gran escuela, que te hace crecer muchísimo como intérprete. Captas muchísimo más las sutilezas a la hora de cantar, de tocar, de mandar los tempos de la canciones o de cómo sacarle el máximo partido a las canciones. Es una escuela apasionante poder parar, poder retomar la canción y reinventarla cada día según cómo te sientes; es algo que da muchísimo juego. De hecho, hay mucha gente que empieza así; yo no sé si éste es el fin (risas) pero sí creo que es otro comienzo más, el principio de algo... Me parece muy estimulante y es un aprendizaje importante; y creo que, precisamente a esta edad, es cuando no puedo perder eso.

Si miramos un poco las canciones de tu último disco, ‘Solo Rot’, la edad es un tema recurrente, aunque te lo tomas con bastante humor, como en ‘Manos expertas’, en la que presentas toda una colección de achaques.

Me lo tomo con humor porque son cosas pequeñas, precisamente... Pero es que yo nunca creí en el concepto envejecer, siempre pensaba que era algo que le pasaba a unos tipos que tenían mala suerte, nunca pensé que a mí me iba a ocurrir. Y bueno, finalmente, tardé, por suerte, y por lo menos en la imagen externa todavía doy bastante la talla, pero claro, hay síntomas que son inevitables... Y hay temporadas en las que dices, hostia, me duele aquí, me duele allá, tendré que ir a ver a éste o a éste otro... Luego, en un par de días te sientes bien y pasas de todo. Digamos que la edad me pareció una nueva veta interesante y estimulante para escribir; además, al ser tan real me salió con una fluidez total.

La referencia, en este sentido, será Keith Richards.

Bufff, Keith se ha metido mucha caña... Leyendo su biografía me he dado cuenta de que me supera, por lo menos, en cinco vidas (risas).

Otra de las consecuencias de esa ‘edad’, a la que haces referencia en el álbum, es que afirmas algo como: “Solo quiero vivir tranquilo”. ¿Hasta los más rockeros llega un momento en que quieren estabilidad y tranquilidad?

Lo que sucede es que, para mí, lanzarme a la carretera es tranquilidad... La tranquilidad, para mí, ahora, es salir lo justo de mi agujero. Hay tanta tontería y tanto debate tonto, tantas cosas a las cuales uno puede engancharse fácilmente gastando energía, tiempo y mala leche que creo que hay que intentar crear una especie de búnker emocional para que todo esto no te alcance. Por suerte tengo la música... Las dos horas que me paso en casa con el piano o la guitarra procuro que sean lo primero que hago cada día, ya que suponen una especie de antídoto para toda la agresión a la cual estamos expuestos.

¿Los años, sobre todo, te han dado libertad?

Yo no sé si han sido los años... Creo que lo que me ha dado libertad ha sido confiar en mí y decidirme a ser autosuficiente; eso ha sido como soltar lastre y ver que no hay límite, que un día tocas con unos, otro día tocas con otros, otro día compones, otro día te dedicas a estudiar... Sí que es importante que esto haya coincidido con una edad ya madura, porque es como si empezaras un cuaderno nuevo.

¿Qué canciones escuchará la gente que se acerque hoy al Teatro Gayarre?

Realmente nos vamos a juntar esta tarde (por el pasado martes) para dar forma al repertorio. Primero porque hace mucho que no hacemos este formato de trío y, además, porque hace poco tocó Jaime Urrutia en el Gayarre y me comentó la buena predisposición del público para escuchar... Por lo tanto, me da la sensación que puedo hacer un repertorio en el que estén lo que para mi público son los hits, como Vicios caros o Para perder la cuenta, pero, a su vez, también intentaremos darle una vueltita más de tuerca y tocar esos temas que la gente no espera o, incluso, alguno de los que estoy tocando en mi repertorio cuando voy solo. Lo que sí puedo decir es que va a ser un repertorio tirando a musical y de cierta intimidad, ya que hay que aprovechar este tipo de espacio y la predisposición para probar y ver hasta donde la gente es capaz de escuchar temas que no conoce o que no son tan obvios y evidentes.

LA HISTORIA DE...

Cenizas en el aire

Cuando compuse esta canción estaba a punto de cumplir 40... Y quizás estaba bajo el efecto de esa pequeña crisis de los 40 que yo, personalmente, creo que no la acusé demasiado, pero son esas cifras, esos números redondos que quizá impresionan... Y también estaba en una etapa de psicoanálisis, estaba haciendo terapia... He hecho muy poca en mi vida, a pesar de ser argentino, pero en esa época necesitaba cierta ayuda y, por suerte, di con una persona que supo dármela, porque también hay mucha caradurez en esto... Y creo que esta canción tiene mucho que ver con esto, con encontrar mi lugar, con saber quién soy, con aceptar cómo soy y, también, con recordar un poco el pasado y pensar que atravesé ese umbral, tan jodido, que se da cuando es menos el tiempo que te queda por vivir que el que ya has vivido”.

Vicios caros

Éste es un tema muy antiguo, de la época de Debajo del puente (1984); en realidad iba a formar parte del tercer disco mío de esa etapa que nunca se grabó. Y bueno, por un lado, aquella era una época muy canalla, y, por otro, la canción tenía que ver con una situación no deseada pero difícil de resolver... Que era, bueno..., que una persona se había instalado en mi casa (risas). Utilizaba mi teléfono para conferencias internacionales y cosas así. Luego, el tema lo fui enfilando hacia ese lado más duro y canalla, pero realmente tenía casi más que ver con esa situación doméstica.

Solo Rot

Cuando voy solo (que no es el caso de Pamplona), el espectáculo tiene tres partes y no es acústico, ya que tiene partes de guitarra eléctrica, de guitarra acústica y de piano. Yo siempre sentí que tengo un repertorio que puede ir más allá de la formación eléctrica de una banda, con textos interesantes, con melodía, con canción... Partiendo de todo esto, y sabiendo que la esencia son las canciones, intenté adornarlas lo más posible; ahí ha estado la mayor parte de la dificultad y el trabajo... En cómo resolver solo las partes instrumentales que habitualmente interpreto acompañado.

Próximos conciertos

  • 10 de marzo: Murcia
  • 11 de marzo: Gandía
  • 12 de marzo: Albacete
  • 31 de marzo: Madrid
  • 7 de abril: Madrid
  • 15 de abril: Santurce
  • 16 de abril: Irún
  • 30 de abril: Barcelona

Enlaces

Web Oficial






Licencias: El texto de este reportaje está protegido por el copyright de su autor, Fernado F. Garayoa, lo mismo que las fotos, que son propiedad de Warner. Publicada originalmente en El Diario de Noticias de Navarra. Enlace a este contenido: https://www.manerasdevivir.com/entrevistas/2011/ariel-rot

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