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Boikot. Velocidad, constancia y conciencia

“En 1987 yo tenía un grupo que se llamaba Black Magic, se fue el bajista y una compañera del colegio me dijo que había un vecino suyo que tocaba el bajo, un tal Juankar, me lo presentó, empezamos a tocar, y al cabo del rato hicimos Boikot”. Con su humildad y naturalidad característica, Alberto Pla, guitarrista y cantante, rememora el origen de Boikot, ese grupo que veintiún años después se ha convertido en uno de los grupos puntales del punk-rock estatal.

Por eso tenemos que a día de hoy buena parte de los seguidores del grupo ni siquiera habían nacido cuando este se formó. La larga, constante historia de Boikot, se puede dividir claramente en dos partes: la primera con El Ronko como vocalista, que ocupó ocho años y dio de sí tres discos -“Los ojos de la calle” (90), “Con perdón de los payasos” (92) y “Cría cuervos” (95)-, donde por entonces los chicos estaban imbuidos del street-punk suburbial y el rock urbano estatal. Tras el disco de transición “Tu condena” (96), llegó la segunda parte de su existencia, la más conocida de Boikot, que comenzó cuando estabilizaron lo que es su actual formación y llega hasta nuestros días, una etapa que arranca con su mítica “Trilogía del Che” (97-99) y fue seguida por un directo, “Historias directas” (00), y dos discos más “De espaldas al mundo” (02) y “Tus problemas crecen” (04); estos nuevos Boikot se muestran absolutamente abiertos a permeabilizar su bagaje musical con nuevas y viejas tendencias, abarcando del metal al rap pero sin perder nunca el sentido de la cohesión.

Y así, cuatro años después de su anterior disco, Grass, Kosta, Alberto y Juankar, ese póquer de ases del buenrollismo y la conciencia despierta, paren su nueva obra, “Amaneció” (08), que viene precedido por la incógnita de saber que planeaba el grupo grabando en Mostar, Roma, Vigo y Madrid y rodeándose de colaboradores balcánicos.

Para acercarnos al grupo y al nuevo disco decidimos ir uno por uno, miembro a miembro, desentrañando la madeja del nuevo trabajo, actualizando sus constantes vitales. Cada entrevista va precedida de la opinión que cada uno de sus componentes tiene sobre sí mismo dentro del grupo.

Juankar Cabano (bajo y voz)

Juankar Boikot

La entrevista con Juankar tiene lugar en su casa, en uno de esos ajetreados días en que el bajista de Boikot invierte tiempo e ideas en seguir dando forma a Realidad Musical, la plataforma autogestionaria donde Boikot edita el disco.

Juankar: “En Boikot ninguno hemos asumido ningún rol: que ninguno tenga la obligación de tomar decisiones. Hacemos las cosas de manera asamblearia ¿Mi papel a jugar? No sé. Muchas veces se me atribuye el ser la cara publica de Boikot pero es algo que no quiero ser. A la hora de hacer canciones puedo aportar alguna idea o elaborar algún riff, pero nunca he tenido un tema completo hecho por mi entero, aunque tengo muchas letras. A la hora de tocar el bajo soy un instrumentista más, sin ningún tipo de arrogancia frente al instrumento, ya que meramente soy un bajista de andar por casa, no soy ningún virtuoso ni he pretendido serlo nunca”.

El rumor popular cataloga “Amaneció” como “el disco balcánico de Boikot”.

Los rumores siempre acaban engordando lo que son pinceladas, decir de Boikot un disco balcánico sería reducido a un disco de folk, pero no, el disco de Boikot es de Boikot, solo que queremos que tenga unas pinceladas de una música que para nosotros es bastante nueva. Nunca habíamos investigado, ni indagado, conocíamos grupos de folk, pero lo balcánico incluye muchos estilos: gipsy, rumano, búlgaro… Lo que queríamos era hacer un disco que tuviera pinceladas de folk. Por eso contamos en unas pocas canciones con esos músicos, que le dan un rollo pachanguero, festivo, divertido y alegre, que tira las canciones para delante. En Boikot lo que más nos ha gustado es en cada disco darle una pincelada de algo, cuando hicimos “La ruta del Che” intentamos dar pinceladas con músicos latinos, guitarras de tango, unas percusiones, pero sin desvirtuar lo que son en sí las canciones de Boikot.

¿Y por qué los Balcanes?

Por una parte veníamos de hacer la gira N.U.P.A., donde venían con nosotros tres músicos de vientos, pero es que además el año pasado estuvimos mucho tocando por Cataluña, y lo que más circula allí son bandas de música ska, hay un montón de conciertos de música ska, algo que en cada disco ya habíamos metido. Escuchando muchos grupos de estos vimos que había buena vinculación con muchos ritmos de países del Este, que tenían un algo circense, ritmos muy divertidos. Nos dijimos: vamos a escuchar un poco más, y así nos vimos películas de Emir Kusturica y nos metimos en el rollo. Y, como cada disco nos gusta grabarlo en lugares diferentes, pues primero pensamos en grabarlo en Moscú, pero cuando nosotros queríamos ir a grabar allí ellos estaban en la edad de hielo, y nos dijeron que era chungo, que no se podía salir ni hacer vida, y nosotros cuando vamos a grabar nos gusta hacer vida, ir al estudio, salir al bar, compartir, emborracharnos con gente de allí, improvisar con músicos del lugar, hacer la calle… Según cayó Moscú, Javier Abreu, que es el productor con el que trabajamos para los proyectos grandes, nos dijo que había estado con una banda bosnia que era brutal, y fue así cómo lo fuimos hablando. Esta banda bosnia nos contó del estudio de grabación en Mostar, así surgió el rollo.

¿Por qué Javier Abreu?

Siempre que le damos vueltas a irnos a un país para intentar meter pinceladas de la música del lugar el proceso es difícil, hay que saber incorporar esos matices dentro de las canciones. Yo en concreto estoy muy limitado, ni siquiera me considero músico, tan solo hago lo que me gusta… Para hacer un proyecto necesitas de una persona que sepa, queríamos contar con Javier Abreu por que aparte de músico y compositor es muy buen arreglista, creo que sabe elegir lo mejor de cada toma y cada músico, sabe colocar el riff que va a funcionar, como introducir novedades sin que suenen a cambio brusco, por eso fue el hombre indicado. Él se encargó de ver la gente que iba a ir pasando por el estudio, a nosotros no se nos hubiera ocurrido meter un clarinete en una canción de Boikot, pero luego ves lo bien que queda y lo flipas.

Para meter colaboraciones de músicos balcánicos no necesitas irte hasta allí.

No teníamos necesidad de ir a ninguna parte a grabar, estoy de acuerdo, pero no se trataba de eso, se trataba de ir al sitio, de estar con la gente en el sitio, de que sean ellos los que te abran las puertas de su corazón para enseñarte lo que realmente saben hacer, yo creo que esa mezcla, donde realmente se consigue, es yendo al sitio. A nuestra música, que es un estilo muy concreto, se le puede sacar mucho partido al mezclarla con músicas de otros sitios, máximo si lo haces en el sitio concreto donde nace esa música, ahí das en el clavo. Además en esta ocasión en el estudio dónde grabamos, Pavarotti Center, parte del dinero que pagamos por grabar allí iba destinado a la organización War Children, una fundación que ayuda a todos los niños que han sufrido las secuelas de la guerra, pues está orientado a la músico-terapia. Allí puedes ver como un crío con el brazo mal toca el piano perfectamente, o como chicos con discapacidades estaban aprendiendo música. Había unas historias terribles pero por lo menos ese dinero fue para una buena causa y con una buena razón.

Habéis incluido dos versiones del gran Goran Bregovic.

En ese estudio ya había grabado Goran Bregovic. Resulta que para las canciones “Bugamara” y “Ska-lashnikov”, a la hora de hacer traducciones, como están escritas en gipsy, son de un modo muy particular, eran simples rimas, sin haber métrica real, por eso rítmicamente parece que se te mueven los pies solos.

Alberto Pla (guitarra y voz)

Alberto Boikot

Alberto: “Estos me dicen ‘guitarra ausente’, mi papel es el de guitarrista y cantar algunas canciones, solo soy uno más. En Boikot somos cuatro personas iguales y a mi me ha tocado la guitarra. Por cierto, también llevo las cuentas del grupo. Claro que apunto ideas, pero todos lo hacemos, alguien llega con una idea, la suelta, y entonces se abre la imaginación y empezamos a bombardear todos. Somos cuatro y hacemos de todo los cuatro”.

La declaraciones de Alberto están sacadas de la rueda de prensa que ofreció en el vallecano bar Jimmy Jazz cuando se presentó oficialmente a los medios la plataforma Realidad Musical. En la mesa estaban también Fernando Madina de Reincidentes y otros representantes de dicha plataforma. Rescatamos únicamente las respuestas de Alberto, que con un inevitable jet lag de su llegada de Japón, explica sobre como ve él la industria discográfica, su estancia en Japón y el nuevo disco.

Ayer llegamos de Japón, allí preguntamos si se venden discos o si hay tanto pirateo como aquí. La historia es que es solo aquí, pero creo que va a cambiar. En este país Internet es nuevo, empezamos ahora y la gente se hace colección, se baja a los grupos de golpe. Yo mismo: te bajas la colección completa de Led Zeppelín y luego no te da tiempo ni a escucharlo. Tras esta tempestad llegará una calma y la gente al final llegará a comprarse música, la gente se acostumbrará a que eso tenga un valor. Yo mismo estoy empezando a comprarme discos… Primero por calidad, en las películas se nota mucho, la calidad es mala, pasa con la música, te la bajas en mp3 y no es tan buena la calidad. Finalmente entrarás en un portal y pagarás lo que cuesta y te bajarás las canciones que te gustan, a eso se tiende, las discográficas renacerán otra vez. Nosotros nunca hemos estado en una discográfica, siempre nos hemos autoeditado, ninguna discográfica nos quería… La primera fue Barrabas, la cosa no fue bien, no se vendió bien y nos echaron a la calle… No fue mala experiencia, ellos nos ayudaron pero a la gente el disco no le gustó, nos pagaron un estudio y una promoción y nosotros a eso le damos mucho valor, joder, no los pagaron todo. A partir de ahí nos lo hemos pagado casi siempre nosotros mismos, creíamos que podíamos llegar a gustar a la gente, hasta hace bien poco no demostramos a todo el mundo que podíamos gustar. También fichamos con Locomotive, y con ellos bien, nos pagaron un estudio de la hostia en Euskadi, como los Led Zeppelín, y fue una promo que te cagas… Ahora hemos vuelto a la autogestión. Yo soy optimista, esto tiene que cambiar y la gente se acostumbrará a pagar por ello. Quizás estén los discos un poco caros, pero luego te gastas lo mismo en cuatro cervezas. El otro día en un bar me cobraron 15 euros por tres croquetas y una coca-cola, pa’ eso me compro un disco y lo tengo para siempre, con sonido original: nos acostumbraremos a pagar por lo que nos gusta.

En Japón muy bien ,muy bien, la respuesta ha sido buena, allí hemos gustado. Presentamos muchos temas de nuestro nuevo disco, canciones muy divertidas para el directo, pensadas para que la gente lo pase bien en directo. Hemos flipado con Japón, hay mucho nivelazo allí, musicazos, instrumentos que te cagas, hay dinero allí. Me contó un japonés que el mundo es como el ying-yang, ahora está Occidente arriba, pero Oriente tiene mucho que decir. Nos ha gustado mucho y a los japoneses les hemos gustado mucho. Eso sí, el jet lag es horrible, peor que ir a Latinoamérica, pues es ir hacia el sol y es peor, siempre es de día, nunca ves la oportunidad de dormir, quizás por eso tienen los ojos achinados.

El disco nuevo lleva la misma línea de Boikot de siempre, siempre mezclado con lo que podemos coger de otros países y otros estilos de música. Estamos muy contentos, suena muy bien. Está de puta madre. La gente que nos sigue está acostumbrada a que metamos de todo: un ska, algo punk, algo más rock… En este hay incluso una canción pop.

Grass (batería)

Grass Boikot

Grass: “Mi misión en Boikot es aguantar a todos y ya está, je, je. Es la más sufrida… Quizás por mi carácter soy el que animo la coten, soy más dado que ellos a hacer bromitas, soy el más graciosillo. Musicalmente, aunque sea el fucking batería, aporto lo mío, curro con los tres, sacamos temas, los arreglamos, soy un punto de unión entre Juankar, Alberto y Kosta, soy una bisagra, estoy en el medio, que las cuatro partes estemos a gusto”.

A Grass le cazamos en la calle con un carrito de bebé, con la palabra pendiente de la grabadora y los ojos puestos atentos en su hijo recién nacido. Tiene un saludable brillo en los ojos, que uno podría achacárselo tranquilamente a su recién estrenada paternidad, aunque buena parte también podría ser debida a su reciente llegada de Japón o la salida del nuevo disco.

¿Por qué ese título de “Amaneció”?

Ha sido una elección que ha venido dada por el tema “Amaneció”, que es un tema propio, ese tema es el nexo de unión del disco entre la parte más punk-roquera de temas como “Insert Coin” o “Jaula de Cristal”, con la parte más balcánica. “Amaneció” es del palo balcánico pero es nuestra, es el nexo de unión.

Aunque luego todo se unifica, cada canción en Boikot suele tener un padre (Kosta, Alberto o Juankar) ¿Cómo lo ve la madre, perdón, el batería?

Ha habido un curro por que no nos queríamos conformar con lo primero que nos gustase, puede que eso haya sido bueno o malo, el público es el que lo va a juzgar. Con las letras es cuando más vuelta de tuerca le hemos dado a todo, tampoco nos conformamos con las primeras vueltas.

¿Y de qué van las letras?

Se han hecho muchas letras estando allí en Mostar, recuerdo irme por las mañanas con Alberto a dar paseos por los parques, ver edificios en ruinas e intentar escribir cosas. Hicimos un ejercicio de brainstorming, esto es, todos dando lluvias de ideas, y todos coincidíamos en cosas relacionadas con la guerra, nos ha impactado mucho estar allí y ver la guerra tan de cerca, y eso que fue hace quince años. Ver edificios todavía con las fachadas tiroteadas, meterte en las ruinas para hacer una sesión de fotos y ver los sacos de arena que ponen en las barricadas, eso impacta un huevo. Muchas letras se desarrollaron allí, a partir de esta vivencia. Hay otras letras que van de mirar a tu alrededor y sentir esa añoranza de cuando eres feliz y de repente se te va toda esa felicidad porque tienes un marrón muy gordo. En general son letras muy personales, y también muy adultas. En Boikot teneos unas normas que son: primera no aburrir, segunda si mola mola, sea un riff heavy o una melodía pop, la tercera es que no duren más de cuatro minutos pues si no infringes la primera norma: no aburrir. “Amaneció” es un disco adulto y maduro, tanto en letras como musicalmente, sin sacar los pies del tiesto del punk-rock pero mirando hacia otros sitios. También la diversidad de voces entre Kosta, Juankar y Alberto le da un punto variado. Salvo las tres canciones de toques balcánicos el resto suena a Boikot de toda la vida, y aun así sorprenderá, hay mucha armonía, mucha melodía, es un disco más adulto del que hemos hecho otras veces.

Kosta (guitarra y voz)

Kosta Boikot

Kosta: “La parte ‘más musical’ del grupo ha recaído un poco a mis espaldas. Lo que más me gusta es hacer las canciones de Boikot, meterme en sonido, en arreglos y en componer; en hacer los temas, eso es lo que más me gusta. En lo personal soy como todos: cuando alguien tiene un momento bajo intentas subirlo, y si lo tiene uno mismo pues los demás le intentan subir”.

A Kosta le localizamos en su estudio de grabación, los estudios Oasis, en Vallecas, está a los mandos de la producción del nuevo disco de Envidia Kotxina. Casualmente los punkers madrileños van a incluir una versión de King Putreak en su nuevo disco, así que terminamos aparcando la grabadora por aquello de meter unas voces en el temita de marras. Agrada ver la seguridad de Kosta frente a una mesa de sonido, la tranquilidad que emana, no es difícil imaginárselo haciéndose cargo de buena parte del proceso de grabación del disco de Boikot junto a Abreu. Con Kosta no hablamos de Boikot, sino de la familia, lo cual nos lleva a esos otros Boikot que cuando llegan a Madrid aparcan los instrumentos y se dedican a sus familias, a sus parejas, a sus quehaceres. Una única reflexión le sacamos al guitarrista y cantante: “La verdad, en este disco he metido muuuuchas armonías”.



Entrevista:Kike Babas & Kike Turrón
Fecha de publicación: 10 de junio de 2008
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